http://cuentos2013.files.wordpress.com/2013/03/quignard-el-sexo-y-el-espanto.pdf
[proyecto de MVRDV para Seul 2010 + M.Safdie Montreal 1971 + WTC 9-11 2001 + demolición Pruit 1972]
La sensación dominante en el asco a los animales es el miedo a que nos reconozcan cuando los tocamos. Lo que se espanta en lo profundo del hombre es la oscura conciencia de que en él vive algo tan poco ajeno para el animal asqueroso que éste podría reconocerlo. Todo asco es originalmente asco al contacto. A esta sensación el dominio sólo logra pasarla por alto con gesto esporádico y desbordante: abrazará fuerte lo asqueroso, lo comerá, mientras que la zona del más leve roce epidérmico sigue siendo tabú. Sólo así puede satisfacerse la paradoja de la exigencia moral que demanda de las personas la superación y al mismo tiempo el cultivo más sutil de la sensación de asco. No tiene permitido negar su parentesco bestial con la criatura a cuya llamada responde con asco: debe convertirse en su amo.
"La estructura temporal que aquí nos importa está mediada por la subjetividad: el error, el falso reconocimiento, llega paradójicamente antes que la verdad en relación con la cual lo designamos como "error", porque esta "verdad" llega a serlo únicamente mediada (para usar un término hegeliano) por el error. Esta es la lógica de la astucia inconsciente... para seguir la traducción que hace Lacan de Unbewusste -une bévue: pasamos por alto el modo en que nuestro acto es ya parte del estado de cosas que estamos mirando, el modo en que nuestro error es parte de la Verdad..."