Construcción: "Solamente el curso posterior del análisis nos faculta para decidir si nuestras construcciones son correctas o inútiles. No pretendemos que una construcción sea más que una conjetura que espera examen, confirmación o rechazo. No pretendemos estar en lo cierto, no exigimos una aceptación... ni discutimos una negación. En resumen, nos comportamos como una figura familiar en una de las farsas de Nestroy: el criado que sólo tiene una respuesta en sus labios para toda pregunta u objeción: «Todo se aclarará en el curso de los acontecimientos futuros.» http://mediacionartistica.files.wordpress.com/2013/01/construcciones-en-el-analisis.pdf

lunes, 9 de mayo de 2022




http://www.ramona.org.ar/node/25275 La que Dipierro y Masvernat presentan en CCBA (“interpuestos entre las fuentes de luz y los planos sobre los que se proyecta, flotan una serie de papeles recortados con formas de tramas y figuras”) es una exposición generosa en el muestreo de sus relaciones contemporáneas: con invitados a realizar actividades durante el espacio de la muestra, y con una mesa de textos que se entienden afines a las preocupaciones de las artistas. En algunos de esos textos (P. Halley y J. Turrell) se adivinan las al menos ocasionales angustias de influencia de Ficción Encendida, pero el montaje amistoso de D&M consigue poner en entredicho el espiritualismo de la luz y la naturalidad de la abstracción, a fuerza de propuesta y quizá, un poco, de desplazamiento.

el doble programa despliega un plan dúplice que excede quizá la estrategia de la puesta y compromete quizá no solo al autor (nos comPromete). Para decirlo: se anuncian dos obras sin anunciar en ningún lado que una obra se proyecta en la otra, se espeja o duplica, con toda la identidad de una no-reciprocidad absoluta: a la vez punto a punto, y a la vez incorporando deslices, desplazamientos, transFormaciones. Ambas obras reVelan una misma economía de 5 vértices http://revistascientificas.filo.uba.ar/ArdeCopi

 http://www.ramona.org.ar/node/24047 Frente a la morfología tópica que muchas galerías de arte (o espacios de exposiciones temporarias en museos) presentan como espacios dobles: el misterio -que no voy a resolver averiguando- de si ello es causa o efecto de ideas curatoriales o de marketing, o una mera casualidad. A veces parece imponerse la idea de que hay una idea (a principios de año, también en Benzacar, las muestras paralelas de Da Rin y Estol, ilustrando el librito de Bourriaud). En mi ignorancia, despliego entonces un programa (y como tal, preparado a recibir oposición): ver estos espacios dobles siempre complementariamente. En las actuales muestras de Adrián Villar Rojas y Roberto Aizenberg, esto funciona de manera fantástica.