el protocolo de las disputas decrece en el cosmos propio pergeñado
por Fa(u)lkner. Su tierra natal, ese sur norteamericano contradictorio y
paradójico –militar y moralmente derrotado, con antiguas familias
patricias frustradas en el imperativo de adaptarse a los nuevos
vientos–, encuadrado entre la Guerra Civil y la 2ºGuerra Mundial,
fue un tópico inagotable de tensiones entre sexos y razas, represión y
heroísmo, refinamiento y disgregación.. Las criaturas
faulknerianas, aun más cuando se desmoronan, pero también cuando salen a
flote –negociando entre la realidad y los sueños–, son
irresistiblemente cautivadoras y viles en esa simultaneidad que apuntala
la ambigüedad humana...“Nunca se gana una batalla, dijo. Ni siquiera se libran. El campo de
batalla solamente revela al hombre su propia estupidez y desesperación, y
la victoria es una ilusión de filósofos e imbéciles”, evoca Quentin en El ruido y la furia, tal vez la más bella y
compleja de su obra, que la editorial Alfaguara reedita para
recordar los 50años de la muerte de William
Fa(u)lkner -una polifonía enigmática que
reaviva el asombro ante el abismo de lo “ilegible”. http:/ el protocolo de las disputas II
[american city: centro de hierro&vidrio / periferia de ladrillo y madera;
esclava de la fiesta.]
esclava de la fiesta.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario