Construcción: "Solamente el curso posterior del análisis nos faculta para decidir si nuestras construcciones son correctas o inútiles. No pretendemos que una construcción sea más que una conjetura que espera examen, confirmación o rechazo. No pretendemos estar en lo cierto, no exigimos una aceptación... ni discutimos una negación. En resumen, nos comportamos como una figura familiar en una de las farsas de Nestroy: el criado que sólo tiene una respuesta en sus labios para toda pregunta u objeción: «Todo se aclarará en el curso de los acontecimientos futuros.» http://mediacionartistica.files.wordpress.com/2013/01/construcciones-en-el-analisis.pdf

domingo, 24 de febrero de 2013

archiyo (dolor, carácter, representación)

Daumier llevó a cabo la crítica más devastadora en la forma de sátira. La caricatura, se sabe por lo menos desde Kant, encierra la exageración de lo característico...


"en El yo y el ello, Freud: "el yo es ante todo un ser corpóreo, no solo un ser superficial sino la proyección de una superficie".. el yo no es un mero receptor de percepciones, es también un inventario [archivo] de los procesos perceptuales mismos.. no es una superficie sino una imitación psíquica de superficies. La relación del yo con los objetos que forman su carácter es un tipo de repetición (replay) de las relaciones del ello con los objetos. En ambos casos -en la deriva del yo del cuerpo y en su derivación del ello- se petrifica una relación con el mundo: ya sea como una arquitecturalización de los movimientos del cuerpo en el mundo o como una agrupación de objetos internalizados / [archivo]" (Leo Bersani, El cuerpo freudiano

 el yo se define entonces, más que como una emanación del ello, como un objeto al que apunta éste: la teoría de una libido orientada hacia el yo o hacia un objeto exterior, según un verdadero equilibrio energético... vs: menosprecio y odio del yo en el melancólico, ampliación del yo hasta fusionarlo con el yo ideal en el maníaco, etc. Finalmente, el difícil problema del soporte energético que sería preciso atribuir a las actividades del yo se presta a ser mejor examinado cuando se relaciona con el concepto de catexis narcisista. Entonces el problema estriba menos en saber lo que significa el hipotético cambio cualitativo denominado desexualización o neutralización, que en comprender cómo el yo, objeto libidinal, puede constituir no sólo un «reservorio» [archivo], sino también el sujeto de las catexis libidinales que de él emanan.

 [Madonna cosplays y Ana Mendieta, yoes maníaco y melancólico]

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