Como los batienes de una puerta, como las alas de una mariposa, la apariencia es un movimiento perpetuo de cerramiento y apertura, latido entre ser y no-ser, todo se pierde y debe ser recuperado a cada momento, lo que late pone todo en movimiento... no hay imagen sin imaginación, no hay forma sin formaciòn. No nos sorprendamos que los pensadores de la imagen y la forma nos hablen de ellas como procesos, actos y no cosas... https://www.academia.edu/19766741/La_imagen_mariposa_Georges_Didi_Huberman (trad. J.J. Lahuerta)
Cuando la vida se encendía, en el deseo o en la pena, o también en la reflexión, los héroes homéricos sabían que un dios actuaba en ellos. Cualquier aumento repentino de la intensidad hacía entrar en la esfera de un dios. Esto significa principalmente la palabra éntheos, "plenus deo ", como traducían los latinos, palabra que es el eje sobre el cual gira la posesión. La mente era un lugar abierto, sujeto a invasiones, incursiones, súbitas o provocadas. Incursio, recordemos, es un término técnico de la posesión. Cada una de esas invasiones era la señal de una metamorfosis. Y cada metamorfosis era una adquisición de conocimiento. No de un conocimiento que queda disponible como un algoritmo, es cierto, pero sí de un conocimiento que es un páthos, como Aristóteles definió a la experiencia mistérica. Esta metamorfosis que se cumple luchando con figuras que habitan al mismo tiempo la mente y el mundo, o abandonándose a ellas, es el fundamento del conocimiento metamórfico que reconocemos en la posesión. Un conocimiento que no puede presentarse más que en términos eróticos: theóleptos y theóplektos, el ser "tomados" por el dios y el ser "golpeados" por el dios, las dos modalidades fundamentales de la posesión, corresponden a los dos modos de las epifanías eróticas de Zeus: el rapto y el estupro. https://www.revistas.unam.mxCalassoLocuroQueVieneDelasNinfas
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