http://www.ted.com/talks/oliver_sacks_what_hallucination_reveals_about_our_minds.html
Supongan un individuo hasta cierto momento sano, libre de toda tara hereditaria, que es sorprendido por un trauma. Este trauma debe cumplir ciertas condiciones; tiene que ser grave, o sea, de tal índole que a él se conecte la representación de un peligro mortal; empero, no ha de serlo en el sentido de que a raíz de él cese la actividad psíquica, pues en tal caso no sobrevendrá el efecto que de él esperamos; por ejemplo, no debe ir acompañado de una lesión cerebral grave. Además, ese trauma debe tener una relación particular con una parte del cuerpo. Supongan ustedes que un pesado madero cae sobre la espalda de un obrero. El golpe lo arroja al suelo, pero él se convence de que no fue nada y regresa a su casa con un leve moretón. Pasadas unas semanas o meses, una mañana nota que el brazo donde recibió el trauma está paralizado, siendo que en el período intermedio, en el período de incubación por así decir, lo había usado perfectamente. Si es un caso típico, pueden sobrevenir unos peculiares ataques, que el individuo, luego de un aura (20) de pronto se quebrante, delire, y si en ese delirio habla, de lo que dice se deduce que en su interior se repite la escena del accidente, tal vez adornada con diversos fantasmas {Phantasme}. ¿Qué ha ocurrido aquí, cómo se explica este fenómeno?
Charcot aclara este proceso reproduciendo artificialmente la parálisis en un enfermo. Para ello hacen falta que ya se encuentre en un estado histérico, la condición de la hipnosis y el recurso de la sugestión. Charcot pone en hipnosis profunda a uno de estos enfermos, le da un golpecito en el brazo, el brazo cae, queda paralizado, y muestra los mismos síntomas que en la parálisis traumática espontánea. El golpe también puede ser sustituido por una sugestión verbal directa: «Oye, tu brazo está paralizado»; y también en este caso muestra la parálisis idéntico carácter. Intentemos establecer una analogía entre los dos casos. Aquí el trauma, allí la sugestión traumática; el efecto, la parálisis, es el mismo en ambos. Si el trauma puede ser sustituido por la sugestión verbal, ello conduce a suponer que también en la parálisis traumática espontánea una representación semejante fue responsable de su génesis, y de hecho ciertos enfermos informan que en el momento del trauma tuvieron la sensación de que se les había destrozado el brazo. Entonces el trauma sería de todo punto equiparable a la sugestión verbal. Pero falta todavía una tercera cosa para completar la analogía. A fin de que la representación «el brazo está paralizado» pudiera provocar realmente una parálisis en el enfermo, sería necesario que éste se encontrara en el estado de la hipnosis. Ahora bien, el obrero no se encontraba en ese estado; no obstante, podemos suponer que durante el trauma era el suyo un particular estado mental, y Charcot se inclina a equiparar este afecto al estado hipnótico artificialmente provocado. [1893,cuando Freud aún se sentía sugestionado por los experimentos de Charcot: Über den psychischen Mechanismus hysterischer Phänomene] (móviles paraliza2) http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/17-22535-2011-08-08.html :Trabajo en contra de mostrar demasiado; prefiero sacar más que completar, como si todo estuviera a punto de suceder...pero la tragedia no sucede.
PROYECTOS: como los que la arquitectura profesional presenta-vistos extensivamente: desiderativo-defensivos (transferencias varias: arte, amor, guerra, política), ofrecen representaciones duales: (enlaces-encierros, discurso-censura): escenas de unidad o separación violentas:"cuando un individuo compite en su proyecto con el de otro... y no pudiendo huir ni luchar: se inhibe -en el hombre esto se acompaña de angustia y profundos cambios orgánicos" (en "Mi tío de América", de A. Resnais)
Construcción: "Solamente el curso posterior del análisis nos faculta para decidir si nuestras construcciones son correctas o inútiles. No pretendemos que una construcción sea más que una conjetura que espera examen, confirmación o rechazo. No pretendemos estar en lo cierto, no exigimos una aceptación... ni discutimos una negación. En resumen, nos comportamos como una figura familiar en una de las farsas de Nestroy: el criado que sólo tiene una respuesta en sus labios para toda pregunta u objeción: «Todo se aclarará en el curso de los acontecimientos futuros.» http://mediacionartistica.files.wordpress.com/2013/01/construcciones-en-el-analisis.pdf
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