Construcción: "Solamente el curso posterior del análisis nos faculta para decidir si nuestras construcciones son correctas o inútiles. No pretendemos que una construcción sea más que una conjetura que espera examen, confirmación o rechazo. No pretendemos estar en lo cierto, no exigimos una aceptación... ni discutimos una negación. En resumen, nos comportamos como una figura familiar en una de las farsas de Nestroy: el criado que sólo tiene una respuesta en sus labios para toda pregunta u objeción: «Todo se aclarará en el curso de los acontecimientos futuros.» http://mediacionartistica.files.wordpress.com/2013/01/construcciones-en-el-analisis.pdf

viernes, 13 de enero de 2012

Je est un autre (distancia entre yo y Yo)

Agua y Sal aparenta tener en Javier (Rafael Spregelburd) a su protagonista. El tipo tiene todo para pasarla bien: una mujer hermosa (Maestro), un trabajo empresarial y plata suficiente para gatillar un buen hotel en Mar del Plata. Pero –sin peros no habría película– algo falla. Su voz en off alerta que a veces le gustaría llevar otra vida, ser otro. Un paseo por el puerto con su chica, una foto y primer plano al marinero de un barco pesquero. Nada raro, a no ser porque el apodado Biguá –¿la sal?– no es sino... Javier –¿el agua?–, pero barbado.
Los Mayas expresaban el concepto de unidad en su saludo diario, IN LAK'ECH, que significa "Yo soy otro tú", al que contestaban HALA KEN, que significa, "Tú eres otro yo”
 exactamente dos centímetros y medio “la distancia armoniosa que debe haber entre el clítoris y la vagina”: incluso esa leve versión de la volupté –la de tener razón– le fue negada en vida a la princesa Marie Bonaparte.
 En el interior del sujeto se reproduce (y ustedes lo ven bien, no puede reproducirse más que a partir de una organización significante), el mismo modo de rapports que existen entre los sujetos. No podemos pensar —aunque lo digamos, que esto puede ir diciéndose— que el superyó es efectivamente algo severo que acecha ahí al Yo en un recodo, para infligirle atroces miserias. NO es una persona, funciona en el interior del sujeto, como un sujeto se comporta en relación a otro sujeto, y justamente en esto hay un rapport entre sujetos, que no implica por eso la existencia de otra persona. Bastan las condiciones introducidas por la existencia, el funcionamiento como tal del significante, para que los rapports intersubjetivos puedan establecerse.
Es de esta intersubjetividad en el interior de la persona viviente de lo que nos ocupamos en el análisis. (Lacan, semV: Las insignias del Ideal)

jjajj jajaa  Para Adorno la felicidad es la disolución del sujeto en el objeto.
[AC y MN, casa Guardia-Palomar; y planta alta casa Curuchet]

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