PROYECTOS: como los que la arquitectura profesional presenta-vistos extensivamente: desiderativo-defensivos (transferencias varias: arte, amor, guerra, política), ofrecen representaciones duales: (enlaces-encierros, discurso-censura): escenas de unidad o separación violentas:"cuando un individuo compite en su proyecto con el de otro... y no pudiendo huir ni luchar: se inhibe -en el hombre esto se acompaña de angustia y profundos cambios orgánicos" (en "Mi tío de América", de A. Resnais)
Construcción: "Solamente el curso posterior del análisis nos faculta para decidir si nuestras construcciones son correctas o inútiles. No pretendemos que una construcción sea más que una conjetura que espera examen, confirmación o rechazo. No pretendemos estar en lo cierto, no exigimos una aceptación... ni discutimos una negación. En resumen, nos comportamos como una figura familiar en una de las farsas de Nestroy: el criado que sólo tiene una respuesta en sus labios para toda pregunta u objeción: «Todo se aclarará en el curso de los acontecimientos futuros.» http://mediacionartistica.files.wordpress.com/2013/01/construcciones-en-el-analisis.pdf
domingo, 27 de junio de 2010
delfín de lo personal- proyectarse afuera
Cuando Clov pregunta en Fin de partida, "¿para qué vivo?, recibe la lapidaria respuesta de Hamm: "para darme la réplica"... según la cual ser humano reside en ser mirado por el Otro y dará lugar al arte casi insoportable de las parejas becketianas: Watt&Sam, Vladimir&Estragón, Bem&Pim, estrictamente unidos por vínculos de poder y dominación, que de tarde en tarde, se disfrazan de ternura. Sin embargo el afecto es un espejismo: los personajes que creen que el amor les ofrece un nirvana à deux, fracasan irremisiblemente. Lo que cuenta es el juego mirar-ser mirado que se traduce en la penosa dialéctica de la víctima y el verdugo. La persona amada, precisamente por ser "persona", es un otro lejano y cruel al que me unen una serie sin fin de presiones y resistencias. Pero debemos renunciar tanto a una lectura mística (el mito de la soledad santa) como a la clave sartreana ("el infierno son los otros") puesto que en última instancia ese Otro que al mirarme me configura es ese "yo mismo" que hay que derrocar: "primero yo era prisionero de los otros. Entonces los abandoné. Luego, fui prisionero de mi mísmo. Era peor. Entonces me abandoné". (MiguelMorey s/Beckett en Quimera 103-104) http://www.ramona.org.ar/node/23648
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2 comentarios:
Somos replicantes, y sólo eso. Sujetos a la espera de blade runners.
Oh, santo remedio!
Quedó muy bueno el nuevo diseño, Alejo.
Beso,
:) saludos, Jan!
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