Se puede contar con la calma del mundo hasta el siguiente suceso. Ahora el ser mundano levanta la vista y goza de la más temprana teoría: contemplar el campo y no tener que huir. En el amplio horizonte se ofrece un campo de cosas visibles que no se alteran por ser vistas. Lo que se alteran son los ojos que, ante la calmada contención de todas las cosas, aún se abren más de lo habitual, cómo si tuvieran un poco más de potencia visual superflua que derrochar.
Aparece en los ojos un resplandor desconocido y, aunque sea exagerar decir que las miradas guardan fiesta, en todo caso están más esclarecidas que en los animales. Éstos viven entre el temor y la indiferencia y, a veces, están contentos de manera ciega. Nosotros en cambio tenemos acceso al claro del bosque. Con la serenidad que aparece en los ojos de los primeros observadores del mundo, comienza la historia del lujo... el placer sube del vientre a los ojos y se transforma en mirada" (P.Sloterdijk, Extrañamiento del mundo)
Leonardo, La Dama del armiño; Chaudet, Cupido y mariposa; vereda & vidriera
Leonardo, La Dama del armiño; Chaudet, Cupido y mariposa; vereda & vidriera
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