unna piel proyecta sobre otra (yopiel-objetosoporte)

Paul Gerson Unna fue un médico alemán , una de las figuras más importantes en la consolidación de la dermatología como especialidad médica. Se le considera el más decidido impulsor del estudio histológico de las afecciones de la piel, también descubridor de la llamada "enfermedad de Unna" o eccema seborreico. Fundó una las clínicas dermatológicas más famosas del mundo y además, junto al empresario Oscar Troplowitz y al químico Isaac Lifschütz, fue el creador de la crema Nivea. Unna no comenzó a trabajar junto a su padre médico, sino que decidió embarcarse en un proyecto de colaboración con el doctor Julius Engels-Reimers, director del Hospital de San Jorge de Hamburgo. Esta colaboración no fue fructífera, ya que Engels-Reimers se sintió receloso del reconocimiento científico que rápidamente cosechaba su colaborador. Ello obligó a éste a abandonar el proyecto.
http://www.adisamef.com/fondo%20documental/salud_mental_infante_juvenil/14_funciones_del_yo_piel_didier_anzieu.pdf
"en 1974 sobre el Yo-piel asignaba ya 3 funciones: una de barrera protectora del psiquismo y una función de filtro de los intercambios, función que hace posible la representación. A estas 3 funciones corresponden 3 figuraciones: el saco, la pantalla el tamiz. El trabajo de Pasche sobre Le bouclier de Persée me llevó a considerar una cuarta: la de espejo de la realidad" http://visionpsicologica.blogspot.com/2008/07/didier-anzieu-el-yo-piel.html
http://zeitschriftpsicologia.zoomblog.com/archivo/2009/06/09/funciones-del-Yo-piel.html
Hasta su psicoanálisis con Bion, Samuel Beckett no era capaz de vencer la angustia del insomnio si no dormía unido a su hermano mayor. Una de mis pacientes, educada por una pareja de padres violentos y desunidos, encontraba seguridad, hasta la prepubertad, durmiéndose pegada a su hermana pequeña, con quien compartía la cama. Aquella de las dos que tuviera más miedo «hacía de silla» (ésta era su expresión) para abrazar contra ella el cuerpo tranquilizador de la otra. Durante toda una fase de su análisis su transferencia me invitaba implícitamente a hacer de silla: me reclamaba la alternancia de mis asociaciones libres con las suyas, la confesión de mis pensamientos y de mis angustias; me proponía el acercamiento de su cuerpo, sin comprender por qué yo rechazaba el que ella viniera a sentarse sobre mis rodillas. Tuve que analizar primero como una sexualización defensiva la seducción histérica con la que ella cubría su petición; después pudimos elaborar su angustia por la pérdida del objeto soporte.