–En esta película descubrí que es bueno estar en cuadro con los otros actores, no como un simple observador, sino corriendo los mismos riesgos. Puedes dirigir, marcar el ritmo, incluso generar sorpresas cuando se está rodando. El bigote postizo del personaje me ayudó a poder hablar en plena toma sin que se note en pantalla. Hay incluso un correlato entre el personaje, este manager que trae a un grupo de chicas americanas a Francia, prometiéndoles la Luna, y yo mismo como director, al trabajar con estas actrices no profesionales, trayéndolas a un mundo extraño. Hubo una conexión interesante. Tal vez el hecho de ser actor y estar en cuadro con ellas generó una especie de calidez entre los personajes que -de haber estado detrás de cámara, observándolas como animales extraños y pintorescos–, no hubiera existido. Físicamente, disfruté mucho interpretando a este tipo un poco desagradable, duro, frío. Un tipo chiquito, diminuto, en medio de esa enorme cantidad de cuerpos increíbles".
[Belerofonte, armado y con caballo alado mata a quimera y amazonas; escultura de S. Lamanna]
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