el detalle revelador que se abre y encuentran todo un mundo debajo de ese detalle revelador...
realidad compartida.. realidad compartida.. realidad compartida.. realidad compartida.. realidad compartida.. realidad compartida
Revolucionario, el psicoanálisis por cierto no lo es. Durante la época
en que todavía se hablaba de revolución, hacia 1968, Lacan evocaba la de las órbitas celestes: una revolución está hecha para
volver al punto de partida. El [psicoanálisis] es llevado a poner en valor
lo que puede llamar las invariantes antropológicas más que a ubicar
esperanzas en los cambios de orden político (…) no es
revolucionario, sino que es subversivo, lo que no es lo mismo, a saber: que va en contra de las
identificaciones, los ideales, los significantes amo. Todo el mundo lo sabe: cuando ven a alguno de sus prójimos en
análisis, temen que dejen de honrar a su padre, a su madre, a sus esposos y al buen Dios.
..[el psicoanálisis] se ocupa de esa cosa que conviene llamar por su nombre –debo decir que
hasta ahora es el único que la llamó con este nombre: lo real... La diferencia entre lo que anda y lo que no anda: lo que anda es el
mundo, y lo real es lo que no anda (…) De esto se ocupan los analistas [artistas],
de manera que, contrariamente a lo que se cree, se confrontan mucho más
con lo real que los científicos. Están forzados a
sufrirlo, es decir, a poner el pecho todo el tiempo. Para ello es
necesario que estén extremadamente acorazados contra la angustia”. [Alex&John Gallia, Crucifixion; Ch.Ray, Plank piece]
PROYECTOS: como los que la arquitectura profesional presenta-vistos extensivamente: desiderativo-defensivos (transferencias varias: arte, amor, guerra, política), ofrecen representaciones duales: (enlaces-encierros, discurso-censura): escenas de unidad o separación violentas:"cuando un individuo compite en su proyecto con el de otro... y no pudiendo huir ni luchar: se inhibe -en el hombre esto se acompaña de angustia y profundos cambios orgánicos" (en "Mi tío de América", de A. Resnais)
Construcción: "Solamente el curso posterior del análisis nos faculta para decidir si nuestras construcciones son correctas o inútiles. No pretendemos que una construcción sea más que una conjetura que espera examen, confirmación o rechazo. No pretendemos estar en lo cierto, no exigimos una aceptación... ni discutimos una negación. En resumen, nos comportamos como una figura familiar en una de las farsas de Nestroy: el criado que sólo tiene una respuesta en sus labios para toda pregunta u objeción: «Todo se aclarará en el curso de los acontecimientos futuros.» http://mediacionartistica.files.wordpress.com/2013/01/construcciones-en-el-analisis.pdf
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