
Wenn ihr einer dem andern/ euch an den Mund hebt und ansetzt-[cuando el uno al otro os alzáis a la boca, para beberos] (Rilke, Elegías de Duino-2ª)

el inconsciente aparece como demanda que insiste, que se repite, sin que el sujeto la sostenga (en verdad el sujeto es sostenido por ella). Esto sucede en tanto la demanda no recibe una significación acabada en A [elOtro] lo que implica un encuentro con el deseo -debido a que en el Otro hay significante y no signo-. La demanda insiste sin encontrar más que el fracaso de la significación. La repetición inconsciente no es un buen encuentro sino la marca de un renovado fracaso. Aclaremos aquí que no se trata de cualquier demanda, se trata de que en la raíz de toda demanda hay una remisión directa a los agujeros del cuerpo, cuestión que articulará la demanda con la pulsión.. (jerga lacaniana).
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