Construcción: "Solamente el curso posterior del análisis nos faculta para decidir si nuestras construcciones son correctas o inútiles. No pretendemos que una construcción sea más que una conjetura que espera examen, confirmación o rechazo. No pretendemos estar en lo cierto, no exigimos una aceptación... ni discutimos una negación. En resumen, nos comportamos como una figura familiar en una de las farsas de Nestroy: el criado que sólo tiene una respuesta en sus labios para toda pregunta u objeción: «Todo se aclarará en el curso de los acontecimientos futuros.» http://mediacionartistica.files.wordpress.com/2013/01/construcciones-en-el-analisis.pdf

lunes, 31 de enero de 2011

CsO vs OsC (órganos sin cuerpo)

Matthew Barney, Cremaster 3 http://www.youtube.com/watch?v=4ewTC6bOtOY&feature=related
Cuando Popper y Carnap discuten sobre el hecho de levantar el brazo (enunciado-percepción-voluntad),
sabemos por la experiencia psicoanalítica que en la histeria hay brazos que pueden paralizarse, que pueden ser insensibles, aún cuando todas las determinaciones funcionen y sin ninguna perpepción subliminal. Sabemos también que en la psicosis se puede sentir que el brazo es instrumentado, considerando que le "hacen hacer algo" - a nivel de la paranoia normal como instrumentado por una voluntad mala y externa. Esta histeria o paranoia más o menos nomales son angustias de perder los órganos. Los descubrimientos de la ciencia, desde la epistemología más sublime, desde el empirismo lógico de Carnap hasta las neurociencias, el modularismo perceptívico y la construcción de imágenes cada vez más sofisticadas sobre la actividad cerebral... todo esto es una gran conversación, que está hecha para reasegurarnos que gracias al determinismo no vamos a olvidarnos del cuerpo. Que gracias a los condicionamientos vamos a tener remiendo a nuestra distracción, para todo lo que nos pierde en la angustia.
Es la angustia la que precisamente nos quita el uso funcional del órgano: a pesar de todos mis recursos al determinismo (lógica,máquinas) hay algo que se pierde de manera fundamental en mi cuerpo -y esta pérdida está planteada en la teoría psicoanalítica de los afectos. Son momentos de certeza, en que el mundo se presenta, nos invade de una manera tal que ninguna función de los órganos puede estar a la altura de lo que se le pide al cuerpo. La pregunta ¿que qieren de mí? tiene como respuesta la angustia, con la cual tengo una sensación corporal certera, un acontecimiento del cuerpo: es el momento en el que pierdo el uso de las funciones que se pueden describir gracias a cualqier perspectíva científica. En esta falta radical, tengo la certidumbre de existir y de que hay mundo: la angustia es la única inscripción fundamental que nos permite salir de toda paradoja escéptica. (Los órganos del cuerpo en la perspectiva psicoanalítica, Éric Laurent) Ana Mendieta, gestos contra un vidrio. Es decir, lo Real se discierne en el hiato entre la verdadera causa de una mirada aterrorizada y lo que se nos da a ver después como causa suya:la verdadera causa de esa mirada aterrorizada no es lo que se nos muestra con posterioridad, sino el exceso fantasmatizado, traumático "proyectado" por la mirada en la realidad percibida (S. Zizek, El cuerpo sin órganos. Deleuze y sos consecuencias)

viernes, 28 de enero de 2011

deuda & duda -cuidado & cualidad.

El silencio que se hereda de los cuidados maternos nutre toda posible elocuencia en un futuro parlante. Si Lacan llegó a decir que lo que un bebé chupa del pecho de la madre son significantes, habrá que advertir que esta posibilidad depende de haber chupado de la teta, en un primer momento, un silencio primordial. En la estructuración del aparato psíquico del bebé, la madre deviene metáfora de ese silencio primordial, lo cual es una cualidad esencial de su quehacer. Este silencio se transmite en el hacer materno durante el período de dependencia absoluta del infans. La madre le habla a su bebé todo el tiempo: le canta, lo reta con indulgencia, le festeja cada gesto, lo nombra, en fin, le dirige una palabra que lo va constituyendo como sujeto mucho antes de que verdaderamente se haya integrado con una presencia y una intención frente a ella y al mundo. Pero –y para Winnicott esto es esencial en el desarrollo psíquico normal del bebé–, en una hipotética primera mamada, hay una pregunta que la madre no debe formular: “Este pecho que estás chupando, ¿es tuyo o es mío?”... Winnicott indica con esto que, en los primeros intercambios madrebebé, la madre no inquiere quién es el “verdadero” propietario de los objetos que circulan entre ellos: sólo muy delicadamente lo introducirá en el reconocimiento de una deuda con el Otro...
Este silencio que la madre debe guardar, difícil y tenso (ella está todo el tiempo muy tentada de que se le agradezca lo que “da con tanto sacrificio”), atenúa el sentimiento de una deuda difícil de inscribir en el infans; introduce, como germen de la subjetividad, la dimensión de una duda. La madre permite la experiencia de una duda pensable para el bebé, pero imposible de ser respondida con certeza, porque la experiencia con el pecho, para que la madre pueda “darlo” y el bebé “recibirlo”, supone que –a partir de cierta cualidad en los cuidados maternos– el bebé pueda vivir una paradoja: “Este pecho no es ni tuyo ni mío, pero es, al mismo tiempo, tuyo y mío”.
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-161196-2011-01-27.html
(esculturas Kate McDowell)
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-161198-2011-01-27.html
caídas de niños en villas miseria.

martes, 25 de enero de 2011

la vida de las marionetas y el valle misterioooso

http://www.pagina12.com.ar/diario/cdigital/31-161058-2011-01-25.html
de como llegando a la mayor verosimilitud en los procesos de animación, se cae en un pozo de inverosimilitud.. recordar la marioneta, la estatua y el oso de Kleist: sólo atravesando un valle de no-espontaneidad y sofisticación artificial podemos recuperar naturalidad e inocencia. http://www.ecole-lacanienne.net/bibliotheque/Litoral/Litoral%2036web.pdf : kleist / petruschka/ nijinsky / meyerhold, etc. Y Oskar Schelemmer contra "el juego, las sonrisas y la elegancia": http://www.scribd.com/doc/40196898/Seleccion-de-cartas-de-Oskar-Schlemmer
(foto Roger Ballen, Mimicry)

domingo, 23 de enero de 2011

mirando, no entendí


Como los brazos me testimoniaban un peso... Hasta me extrañó, cuando fui notando que el tiroteo de la calle había posado término; me pareció que hacía un seguro minuto que el fuego se había calmado. Cesaron, sí. Pero gritaban, una confusión chau-chau blablá de conversación ruin, unos a otros, de rueda-a-la-redonda. ¿Habían de haber desautorizado toda la munición? Mirando, no entendí. ¿Podía tirar? Me parece que quise gritar, y espere despuésmente, más tarde. Y lo que vi, aquel enredo. Y con quien salía de una puerta, para ir a juntarse con la banda de todos -se armó, asegurando por delante de sí engatillado un pistolón de 2 cañones, apuntó -que era cateto Teofrasio, ¡cómo si fuese un hombre de armas! ¡Y vi, mandando alos suyos, al Hermógenes! El sombrero en la cabeza era un barreño redondo.. Hombre que se desata...
Entendí. Socórrame usted.
Conocí lo que estaba a punto de ser: que los suyos y los míos habían cruzado grande y loco desafío, conforme para cumplir se preparaban, unos y otros, en las dos puntas de la calle, en formación; y en frío desenvainaban. Lo que viendo, vi a Diadorín: sus movimientos. Querer mil gritar, y no pude, desmí de mí-mismo, me mareaba, con unas ansias... Me quitaron mi voz. (Joåo Guimaråes Rosa: Gran sertón: Veredas)

miércoles, 19 de enero de 2011

2 no por eso 3

No era alta la escalinata. Mil veces conté los escalones, subiendo, bajando; hoy, sin embargo, la cifra se ha borrado de la memoria. Nunca he sabido si el uno hay que marcarlo sobre la acera, el dos sobre el primer escalón, y así, o si la acera no debe contar. Al llegar al final de la escalera, me asomaba al mismo dilema. En sentido inverso, quiero decir de arriba abajo, era lo mismo, la palabra resulta débil. No sabía por dónde empezar ni por dónde acabar, digamos las cosas como son. Conseguía pues tres cifras perfectamente distintas, sin saber nunca cuál era la correcta. Y cuando digo que la cifra ya no está presente, en la memoria, quiero decir que ninguna de las tres cifras está presente, en la memoria. Lo cierto es que si encuentro en la memoria, donde seguro debe estar, una de esas cifras, sólo encontraré una, sin posibilidad de deducir, de ella, las otras dos. E incluso si recuperara dos no por eso averiguaría la tercera. No, habría que en contar las tres, en la memoria, para poder conocerlas, todas, las tres. Mortal, los recuerdos. Por eso no hay que pensar en ciertas cosas, cosas que te habitan por dentro, o no, mejor sí, hay que pensar en ellas porque si no pensamos en ellas, corremos el riesgo de encontrarlas, una a una, en la memoria. Es decir, hay que pensar durante un momento, un buen rato, todos los días y varias veces al día, hasta que el fango las recubra, con una costra infranqueable. Es un orden. http://www.enfocarte.com/4.24/literatura.html
Beckett, El Expulsado.

viernes, 14 de enero de 2011

2 antes tan 1

79
Vuelta a desdecir las sombras se pueden ir. Ir y volver. No. Las sombras no se pueden ir. Mucho menos volver. Ni espalda encorvada de vieja. Ni el viejo y niño. Ni frontal del cráneo ni mirada atenta. Desdibujarse sí. Las sombras se pueden desdibujar. Cuando la mirada clavada en una sin más. O de algún modo las palabras vuelven. Ni van ni vuelven. Hasta que se vaya lo tenue si acaso se va. Para nunca más volver.
80
Huecos para cuando se vayan las palabras. Cuando en modo alguno aún. Entonces todo se ve como sólo entonces. Inatentado. Todo lo inatentado que atenúan las palabras. Todo lo así visto desdicho. Y sin rezumar. Y sin huella en la blandura cuando de ella rezuma otra vez. En ella rezuma otra vez. Rezumar sin más para cuando se vez como visto al rezumar. Atenuado. Nada de rezumar para cuando se ve inatentado. Para cuando en modo alguno aún. Nada de rezumar para cuando el rezumar ya no.
81
Vuelta a probar a empeorar el par que roe desde el último peor. Desde que disparejos. Dos antes tan uno. Desde ahora una inmensidad de brecha. Inmensidad de vacío entrambos. Avanzan igual de lentos todavía sin alejarse aún. Ese apenas mejor peor. Hasta que palabras para más peor todavía. Palabras peores para más peor todavía.

Beckett: http://rumboapeor.blogspot.com/ [foto B. Faucon; Rebecca Horn: Muschelschlaf] http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/index.html