

Lacan va a decir ya no "el deseo y su interpretación" sino "el deseo es la interpretación", operación que Lacan no hace únicamente con respecto a “El deseo y su interpretación”, lo hace también con respecto a “La significación del falo”, por ejemplo, en el momento en que Lacan dice "no tiene caso hablar de la significación del falo siendo el falo lo que es evidente": una conclusión a la que llega su trabajo, el organizador, sin duda, de lo que es la significación: todo lo que es del orden de la significación en el lenguaje ordinario está organizado con relación a ese significante que es el falo. No hay significación que no sea del falo; Lacan dice: "es un pleonasmo, digamos, decir: la significación del falo. La significación es el falo".
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