Supongan un individuo hasta cierto momento sano, libre de toda tara hereditaria, que es sorprendido por un trauma. Este trauma debe cumplir ciertas condiciones; tiene que ser grave, o sea, de tal índole que a él se conecte la representación de un peligro mortal; empero, no ha de serlo en el sentido de que a raíz de él cese la actividad psíquica, pues en tal caso no sobrevendrá el efecto que de él esperamos; por ejemplo, no debe ir acompañado de una lesión cerebral grave. Además, ese trauma debe tener una relación particular con una parte del cuerpo. Supongan ustedes que un pesado madero cae sobre la espalda de un obrero.

Charcot aclara este proceso reproduciendo artificialmente la parálisis en un enfermo. Para ello hacen falta que ya se encuentre en un estado histérico, la condición de la hipnosis y el recurso de la sugestión. Charcot pone en hipnosis profunda a uno de estos enfermos, le da un golpecito en el brazo, el brazo cae, queda paralizado, y muestra los mismos síntomas que en la parálisis traumática espontánea. El golpe también puede ser sustituido por una sugestión verbal directa: «Oye, tu brazo está paralizado»; y también en este caso muestra la parálisis idéntico carácter. Intentemos establecer una analogía entre los dos casos. Aquí el trauma, allí la sugestión traumática; el efecto, la parálisis, es el mismo en ambos. Si el trauma puede ser sustituido por la sugestión verbal, ello conduce a suponer que también en la parálisis traumática espontánea una representación semejante fue responsable de su génesis, y de hecho ciertos enfermos informan que en el momento del trauma tuvieron la sensación de que se les había destrozado el brazo. Entonces el trauma sería de todo punto equiparable a la sugestión verbal. Pero falta todavía una tercera cosa para completar la analogía. A fin de que la representación «el brazo está paralizado» pudiera provocar realmente una parálisis en el enfermo, sería necesario que éste se encontrara en el estado de la hipnosis. Ahora bien, el obrero no se encontraba en ese estado; no obstante, podemos suponer que durante el trauma era el suyo un particular estado mental, y Charcot se inclina a equiparar este afecto al estado hipnótico artificialmente provocado. [1893,cuando Freud aún se sentía sugestionado por los experimentos de Charcot: Über den psychischen Mechanismus hysterischer Phänomene] (móviles paraliza2) http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/17-22535-2011-08-08.html :Trabajo en contra de mostrar demasiado; prefiero sacar más que completar, como si todo estuviera a punto de suceder...pero la tragedia no sucede.
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