Construcción: "Solamente el curso posterior del análisis nos faculta para decidir si nuestras construcciones son correctas o inútiles. No pretendemos que una construcción sea más que una conjetura que espera examen, confirmación o rechazo. No pretendemos estar en lo cierto, no exigimos una aceptación... ni discutimos una negación. En resumen, nos comportamos como una figura familiar en una de las farsas de Nestroy: el criado que sólo tiene una respuesta en sus labios para toda pregunta u objeción: «Todo se aclarará en el curso de los acontecimientos futuros.» http://mediacionartistica.files.wordpress.com/2013/01/construcciones-en-el-analisis.pdf

martes, 20 de enero de 2009

mi(e)s-conception: piel y huesos 3

La especificidad de los regímenes visuales que operan en la casa Farnsworth y en la casa de Philip Johnson no depende de ningún carácter esencial de la identidad (“femenina”,“masculina”, “gay”, “lesbiana” o “heterosexual”) que pueda determinar el espacio, como habrían querido las interpretaciones de Alice Friedman o Paulette Singley, sino del contexto socio-político en el que se despliega el espacio y de las posibilidades del habitante de gestionar la visibilidad y el acceso de la mirada a la privacidad. El análisis de Friedman sigue rigurosamente las reglas de la mostración y la ocultación que caracterizan la lógica del armario. De este modo, la revelación de sus (de Fansworth) “relaciones con mujeres” se compensa, primero, localmente,con la denominación de estas relaciones como “amistades” en la nota de pie de página, y segundo, estructuralmente, con la articulación de la tesis del artículo en forma de oposición entre Farnsworth y Philip Johnson (“Farnsworth era una mujer soltera. Philip Johnson es gay”), es decir, entre la casa Farnsworth como espacio opresivo para una mujer soltera; y la casa de cristal de Philip Johnson como “espacio gay (alegre=abierto?)”. Una vez más el feminismo cae en la trampa del armario.

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