
"respiración e inmersión son, en cierto modo, modelos corporales del discernimiento, porque, a escala protológica, la inmersión está ensamblada con la afirmación y la unión, mientras la respiración lo está con la negación y la separación. Allá donde se produjo una inhibición de la inmersión, se presenta una limitación afirmativa que alcanza escala somática -a ésta le sigue, de inmediato, la dificultad de decir sí; por otra parte, allá donde predomina una insuficiencia respiratoria, está afectada la negación -que se manifiesta en la dificultad de decir no... [Compensatoriamente] la vida con debilidad de afirmación pretende ofuscar el sentimiento de inmensidad y escasa integración que le fue marcado, aunque para hacerlo tenga que pagar el precio de un masoquismo lógico; donde al contrario, como consecuencia de una debilidad de negación primaria, se simula amplitud crítica, se trata de reprimir el sentimiento de ser sobrepasado por realidades pegajosas y terroríficas -el precio aquí, es el sadismo lógico, sumisión del ser bajo el análisis y la negación". (P.Sloterdijk, El inmerso, el inspirado, el pneumático propio Yo).













