http://www.miradas.net/2011/11/actualidad/dias-extranos.html

el melancólico incurre en algo asi como un paralogismo de la pura capacidad de desear, que reside en la confusión entre falta y pérdida: en la medida en que el objeto-causa del deseo falta originariamente, la melancolía interpreta esta falta como una pérdida, como si el objeto hubiese sido poseído y perdido. En suma, oscurece que el objeto falta desde el principio, que su aparición coincide con su falta, que ese objeto no es nada más que la positivación de un vacío-falta, una pura entidad anamórfica que no existe en sí. La paradoja es que este engañoso desplazamiento de la falta a la pérdida permite afirmar nuestra "posesión" del objeto: lo que no hemos poseído no puede perderse, y así el melancólico, en su fijación incondicional, lo posee en la misma pérdida (S.Zizek, La melancolía y el acto)ChemaMadozFotos
















