
Los problemas de
la madre obturan los de la mujer; los hijos tapan al hombre. .. Cuando la madre logra cuestionar su omnipotencia, su exigencia (de que el objeto-hijo se adecue a su demanda), y comienza a soportar la diferencia, es decir, la particularidad del otro, es cuando puede producirse algún cambio en su posición subjetiva y cuando se puede atisbar algo del orden de la falta. Esto libera al hijo de su función de tapón en la que seguramente él también encontraba una coartada...
El objeto vale, más allá de la necesidad, porque es un don de amor del Otro materno. Entonces, el niño aceptará o no la demanda del Otro de ser alimentado,

no tanto por la comida, por el objeto en sí, sino por el hecho de decir sí o no al Otro.
El Otro, sin embargo, por distintos motivos, puede estar en esa posición desde la cual privilegia la satisfacción de la necesidad ignorando la dimensión de la falta. Cuando falta la falta y el objeto deviene fundamentalmente objeto de satisfacción de la necesidad, el Otro, que ya no opera como Otro simbólico, fija a esta posición de goce, no sólo al objeto, sino al sujeto mismo.
[pulsión oral: MArisa PAredes devorando a ceciroth; mamá-tetera/hijo-taza] http://candy.milkboys.org/