
"Se le criticó a Foucault que personificara al poder: si el poder se instituye erróneamente como sujeto gramatical y metafísico, cuando ese sitio metafísico dentro del discurso humanista era el sitio privilegiado de lo humano, luego el poder parece haber desplazado a lo humano como origen de la actividad. Pero si la visión del poder de Foucault se entiende como la subversión de esta gramática y esta metafísica del sujeto, el poder que orquesta la formación y sustancia de los sujetos, no puede ocupar el lugar gramatical que ocupara el "sujeto" que es su efecto.. Y ya no sería adecuado decir que el término "construcción" se corresponde con el lugar gramatical del sujeto, porque la construcción no es ni sujeto ni acto, sino un proceso de reiteración mediante el cual llegan a emerger tanto los "sujetos" como los "actos".
No hay un poder que actúe, sino una actuación reiterada que se hace poder en virtud de su persistencia e inestabilidad" (Judith Butler,
Cuerpos que importan)
(Ganímedes & Zeus, por Cellini; Carlos V, por Tiziano http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1172053 ; obras d DebbieLawson & IsaGentzen)

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